Cuando en mantenimiento se utiliza la palabra “herramienta” tradicionalmente pensamos en utensilios o elementos muy resistentes necesarios para las ejecuciones de cualquier acción de mantenibilidad. Sin embargo, hoy le damos nuevas acepciones que van desde la básica herramienta manual, pasando por las herramientas informáticas hasta las herramientas gerenciales. Lo que sí es cierto es que el término se utiliza para facilitar o apoyar la ejecución de una actividad. En este caso en particular, les hablaré de “Herramientas de Confiabilidad”.

Las herramientas en el modelo de confiabilidad

Una implementación exitosa de programas de mantenimiento basados en confiabilidad es un aporte fundamental que el área técnica puede aportar al negocio. Para ello, es fundamental dominar las bases teóricas de la metodología y conocer cada una de las herramientas de confiabilidad y los beneficios de la combinación de dichas herramientas.

Su adecuado dominio y selección servirá para apoyar la toma de decisiones en los programas de mantenimiento e inversiones. Análisis para lograr beneficios, criterios para evaluar el riesgo que involucra la realización o no de tal actividad de mantenimiento o inversión y la disponibilidad o no de los recursos para poder realizarla.

Artículo Modelo Mixto de Confiabilidad

Figura 1. Modelo Mixto de Confiabilidad, Amendola.L, 2000, 2020

Las diferentes herramientas y su utilización

Desde los inicios de los estudios Confiabilidad que pudieron comenzar en la NASA en noviembre de 1949, varias herramientas han sido creadas para apoyar esta cultura o filosofía. Este conjunto de herramientas que se han convertido en ese apoyo para consultores y ejecutores, las he dividido para efectos prácticos en 4 grandes grupos. De esta manera, les muestro no solo el momento oportuno de ponerlas en práctica, sino también su interrelación con las otras herramientas:

Figura 2. Herramientas de Confiabilidad, Amendola.L, 2000, 2020

1. Herramientas Básicas:
    • Mantenimiento Centrado en Confiabilidad (RCM): Podemos decir que su origen se remonta al Reporte Nº AD-A066-579 que F. Stanley Nowlan y Howard F. Heap presentaron al Departamento de Defensa de los Estados Unidos de América. En este reporte explicaban conceptos básicos, principios, definiciones y aplicaciones de una disciplina lógica para el desarrollo de programas de mantenimiento eficientes para equipos complejos y la gestión continua de dichos programas. En agosto de 1999, SAE publica la afamada norma SAE JA-1011 y en enero de 2002 la SAE JA-1012 donde se definen los Criterios y una Guía para el RCM. La mayoría de los modelos de RCM que se han generado posteriormente han basado sus principios en lo establecido en estas normas.
    • Análisis de Causas Raíz (RCA): El análisis de causa raíz no es una metodología individualmente definida, sino que existen varios tipos o filosofías de RCA. La mayoría pueden clasificarse en cuatro categorías muy amplias en base a su campo de aplicación. Estas categorías son: basados en seguridad, basados en producción, basados en procesos y basados en la falla del activo. El propósito primordial para efectuar un RCA es analizar problemas o eventos para identificar qué sucedió, cómo sucedió y por qué sucedió. Posteriormente, se podrán desarrollar acciones para evitar la recurrencia al actuar sobre los 3 tipos básicos de raíces como son las físicas, las humanas y las latentes.
2. Herramientas de Diseño:
    • Datos de Confiabilidad: Muchos fabricantes no suministran los datos de confiabilidad de sus equipos. No obstante, hay varios organismos como Oreda, Eireda, Esreda y Weibull Data donde se pueden obtener información de confiabilidad de diferentes tipos de activos en contextos operacionales diversos.
    • Diagrama de Bloques de Confiabilidad (RBD): Esta es una herramienta para modelar la arquitectura de los sistemas. El significado de un RBD es claro y fácilmente comprensible para los ingenieros de diversas especialidades que trabajan en el desarrollo de un diseño productivo o para optimizar procesos existentes.
    • Análisis RAM de Diseño: Análisis que busca conocer los posibles valores de la disponibilidad operacional de los activos y, de esta manera, identificar la posibilidad de cumplir con las necesidades de operación. Este resultado es consecuencia de sus probabilidades de falla y de las facilidades de mantenibilidad que tengan los activos.
    • Taxonomía de los Activos: El análisis taxonómico es una clasificación sistemática de ítems en grupos genéricos basados en factores posiblemente comunes a varios ítems (ubicación, uso, subdivisión de activos, etc.). El modelo facilita el análisis y el registro de datos de confiabilidad y mantenibilidad.
3. Herramientas de Operación:
    • Confiabilidad Dirigida por el Operador (ODR): Proceso que selecciona ciertas tareas tradicionalmente asignadas a los técnicos de mantenimiento y reasigna estas tareas a los operadores. La selección de las tareas es basada en su complejidad y herramientas requeridas para su ejecución. Además de estas tareas se desarrolla al operador para que identifique posibles mejoras, analice y solucione problemas del equipo y otras acciones que conduzcan a mantener el equipo en las mejores condiciones de funcionamiento.
    • Análisis RAM de Operación: Análisis que relaciona los valores de la disponibilidad operacional conseguida por los activos como consecuencia de sus niveles reales de confiabilidad y de las ejecuciones de mantenibilidad que tuvieron los activos.
    • Patrones de Falla: Gráficas que muestran el comportamiento de la probabilidad condicional de falla de los equipos y de sus componentes mantenibles a lo largo de su ciclo de vida.
4. Herramientas Basadas en Riesgo:
    • Análisis de Criticidad y Riesgo: Metodología que permite jerarquizar los diferentes niveles taxonómicos de una organización en función de su impacto global. La finalidad es optimizar el proceso de asignación de recursos (humanos, materiales y financieros) y priorizar la implantación de las estrategias de gestión de activos.
    • Inspección Basada en Riesgo (RBI): Los principales productos de trabajo del enfoque de evaluación y gestión del RBI son los planes que abordan formas de gestionar los riesgos a nivel de equipos. Estos planes de equipos ponen de relieve los riesgos desde una perspectiva de seguridad/salud/medio ambiente y/o desde un punto de vista económico.
    • Optimización Costo-Riesgo (RBI): Metodología y proceso de análisis que, a diferencia de la inspección basada en la condición, requiere una evaluación cualitativa o cuantitativa de la probabilidad de falla y la consecuencia de la falla asociada con cada elemento del equipo en una unidad de proceso particular. Objetivo básico: la identificación de las frecuencias de acciones de mantenimiento.
    • Repuestos Centrados en Confiabilidad (RCS): Esta herramienta busca clasificar, priorizar compras, optimizar y reducir los niveles de inventarios de materiales y repuestos para mantenimiento. El modelo utiliza los históricos de los consumos programados y por fallas, pronostica los futuros consumos y relaciona estas proyecciones con los tiempos de reposición para identificar los niveles óptimos de inventarios. Producto de su amplitud, desarrollaremos más adelante un completo artículo sobre este tema.

Como lo han visto, son muchas las herramientas de confiabilidad que hoy nos ayudan a entender mejor todos los elementos que integran esta cultura. Sin embargo, lo más importante es identificar la interacción que entre ellas existe y cómo su adecuada utilización coadyuba a conseguir esa confiabilidad que todos necesitamos en los diferentes tipos de procesos. Apreciados lectores, así lo pienso yo…. Así se los planteo.

LIBRO RECOMENDADO:

Modelos Mixtos de Confiabilidad

Dr. Luis (Luigi) Amendola, Ph.D.

 

Este libro pertenece a la colección de libros «Maintenance & Reliability Strategy Series» y en él se explica la primera parte de toda Gestión de Activos como proceso prioritario. Se describen técnicas y herramientas de confiabilidad como RCM, RCA, TPM, RBI, CBM y RAM, que permiten contemplar la confiabilidad de activos con una óptica centrada en la creación de valor. La implantación de estas técnicas bajo un modelo mixto impacta positivamente en la rentabilidad de los negocios y ayuda a estructurar un sistema de confiabilidad alineado con la estrategia de la compañía.

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